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Chamela y sus líquenes: una selva por (re)descubrir

  • julietaalvarez0
  • Oct 1
  • 2 min read

Escrito por: Marcos Garduño Rojas



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En la costa del estado de Jalisco, se encuentra la Reserva de la Biosfera de Chamela-Cuixmala, un espacio destinado a la conservación e investigación científica. Dentro de ésta se ubica la Estación de Biología de Chamela, un proyecto con más de 50 años de historia y cuyo principal objetivo es proporcionar las condiciones y áreas adecuadas para la realización de distintos tipos de actividades de investigación, enseñanza y preservación del bosque tropical seco.

Como parte del primer curso de Ecología de Hongos y Líquenes del Programa de Posgrado en Ciencias Biológicas de la UNAM, se realizó una salida a campo a este increíble sitio con el fin de desarrollar proyectos sobre la micobiota y liquenobiota de este ecosistema.

Los líquenes son organismos fascinantes cuya naturaleza aún guarda un sin fin de misterios respecto a su composición, diversidad e interacciones con otras especies. Su estudio desde bosques templados, hasta desiertos han generado grandes preguntas sobre su capacidad para sobrevivir a tan diversas condiciones. Las aproximaciones más recientes a nivel molecular han logrado responder varias interrogantes sobre especies crípticas y filogenias, pero a su vez, también han generado nuevas: ¿Dónde se distribuyen? ¿Cuál es su rol ecológico? ¿Cómo están siendo afectadas por el cambio climático?

En el bosque tropical seco de Chamela, los líquenes cubren gran parte de las cortezas de los árboles. Ya sea sobre cortezas lisas o rugosas, escamosas o incluso ornamentadas, la presencia de estos organismos es visible en cada una de ellas. Exhibiendo colores y estructuras que los distinguen a simple vista. Ya sea en la sombra o en los claros, en época de lluvias o de secas, los líquenes se mantienen firmes todo el año, aguardando por un ojo curioso que los mire.

El trabajo de campo sigue y seguirá siendo una de las principales fuentes de información y datos para el conocimiento de la diversidad biológica. Más aún, el poder contar con lugares como está estación, que permiten reunir a especialistas de distintas áreas, con opiniones diversas y perspectivas únicas que se enriquecen a través del diálogo, las experiencias y la pasión por descubrir y entender la complejidad con la que este ecosistema funciona. Además, del gusto por una buena comida.

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Estudiantes y profesores del 1er curso de Ecología de Hongos y Líquenes en el techo de la biblioteca

 
 
 

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